WhatsApp acaba de anunciar que dejará de cobrar su cuota de suscripción de 89 céntimos de euro anuales en las próximas semanas. Todo fue júbilo en torno a la noticia, pero el matiz de tiempo ha jugado una mala pasada a la compañía. Muchos de los usuarios de Android recibieron mensajes confirmando que el servicio se convertía en gratuito. Minutos después, a algunos de ellos les llegó un nuevo anuncio recuperando su fecha de caducidad previa. Las reacciones en redes sociales han sido inevitables.
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