El término phishing proviene de la
palabra inglesa “fishing” (pesca), haciendo alusión al intento de
hacer que los usuarios “muerdan el anzuelo” y quien lo practica se le
llama phisher. En el mundo en el que vivimos
tenemos a nuestra disposición una herramienta que está cambiando la forma de
entender la vida y los negocios.
Los
ciberdelincuentes hacen su particular agosto en Navidad con el aumento de las
compras online. El robo de datos bancarios o las falsas ofertas de trabajo son
otros delitos habituales en la Red.
Dejar las
compras de Navidad para última hora ya no implica carreras y empujones para
cumplir con los deseos de familiares y amigos. Internet permite tener
cómodamente los regalos en casa en pocos días, lo que ha hecho que se
multipliquen las tiendas online. Una gran ayuda para los consumidores, pero a
la que los estafadores ya se han sumado ofreciendo, por ejemplo, productos de
primeras marcas como si fueran originales y a un precio muy similar que no
levanta sospechas. Las falsificaciones ocupan la primera posición de los
fraudes que sufren los ciudadanos según el ránking elaborado por el Instituto
Nacional de Ciberseguridad (Incibe).
Fuente con el artículo completo: Expansión
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